sábado, 30 de junio de 2012

Hablemos de amor.

Hablemos de amor. Amor, uno dice esa palabra en público y la gente presta más atención, como que "paran la oreja", y tratan de escuchar lo que vas a decir. Y las canciones, y las películas, y las pinturas, y los poemas... no hay artista -sea del ámbito que sea- que no haya intentado descifrar algo sobre el amor, o expresarlo, o explicarlo. Y no hay persona que no lo haya pensado en algún momento, por mínimo que sea. En toda charla sobre el tema siempre lo tratan con subjetividad, nadie es objetivo respecto al amor. Y yo tampoco lo voy a ser. No voy a hablar del significado, ni de cómo se siente, ni de su existencia o no, para mí es solo otro gran aspecto del ser humano que me gusta aprovechar -mas allá de los problemas que acarrea siempre en mi vida y la de muchos otros-. Así que voy a hablar de mis experiencias. Y aunque muchas veces pensé en la posibilidad de que en realidad no sea algo muy real y sea algo muy estúpido y me enoje sentir que sucede, puedo decir con casi total certeza que me tocó cuatro veces, quizás cinco, eso de enamorarme. Y me parece una cantidad exagerada para alguien de mi edad.
El primero fue el primero y ese jamás se olvida, eso es cierto, ese siempre ocupa un lugar especial en algún lado del -creo- hipotálamo. La palabra "hipotálamo" me lleva al segundo -él suplantó muchas veces la palabra corazón por esta otra, en forma de gracia y a la vez con dulzura- No, definitivamente no me enamoro de pibes normales. Y eso me lleva sin dudas al tercero; Perdón, pido perdón al tercero. No fue la mejor época de mi vida, no fue la mejor relación, no terminó de la mejor manera. Y si seguimos con el cuarto, no tengo mucho que decir. Me alegra demasiado que todo haya sido dicho a tiempo, pero nunca me voy a recuperar de éste mal, porque fue un mal. Nadie tuvo menos suerte que nosotros y nadie fue mas feliz tampoco. Pero duró muy poco. Quiero usar esta parte del post para admitir lo ñoña que me siento escribiendo todo esto pero que seguro se deba un poco a la ingesta de alcohol sucedida hace unos momentos, y aclaro también que no fue tanto, pero lo usaré como excusa y diré que por eso escribo cosas tan minita. Ahora paso al quinto. ¿Quinto? No se, no se si estoy enamorada o estoy buscando peces en la tierra. No se si es posta o es mi mente jodiendome un rato, boludeandome por confundirme con alguien que promete ser perfecto y me lleva a desesperarme por ser querida, por gustar, quizás por ser mas linda -aunque esto lo desee cada vez que estoy frente a un espejo- y en parte no se si está bien, y eso genera mucho mas miedo y tristeza. Y ganas, por supuesto, de que solo fueran cuatro. Pero acá estoy, desvelada, pensando en un pibe, y escribiéndole aunque no esté online. Todo eso se traduce -en toda mujer- como enamoramiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario