viernes, 24 de agosto de 2012

Bipo.

No entendía por qué todos tienen opiniones tan diferentes sobre mi, tan completamente opuestas. Lo estuve pensando porque es lo que hago todo el tiempo, pensar. Y descubrí cuatro tipos de personas entre todos los que me conocen. Algunos dicen sobre mi que soy muy reservada, muy introvertida, tranquila. Otros dicen que no paro de hablar, que soy divertida, extrovertida, inquieta, alegre. Esos son dos de los grupos, los mas simples. Y la verdad es que ambos tienen razón, soy dos al mismo tiempo y eso da miedo. Y es ese miedo el que aleja a las personas que llegan a conocer mis dos versiones, he aquí el tercer grupo. Esos que conocen a la apagada, cansada de todo, y la que vive como si acabara de nacer y no dejara de descubrir cosas nuevas todo el tiempo y de disfrutarlas. Le temen a esa locura y desaparecen. Además de estos tres grupos de personas, hay otro muy escaso, el cuarto, este consiste en quienes conociendo estas dos versiones de mi persona la aceptaron y no huyeron. En ocasiones, estas personas no duran demasiado en este grupo y pasan al tercero, pero aún hay quienes no se van, y el hecho de que yo tema el que se vayan (porque claramente es mi grupo favorito) hace que las necesite demasiado, quizás eso termina alejándolas, y la paradoja me aniquila.

sábado, 11 de agosto de 2012

Hermosas fieras.

Existen sentimientos demasiado inexplicables como para que yo pueda grabarlos acá, escribirlos acá, dejar marcados los momentos mas terribles. Es inimaginablemente difícil. Pero eso mismo es lo que voy a intentar.
La soledad puede ser una gran amiga si se sabe disfrutar, seguro que sí. Pero la felicidad de disfrutar de esa compañía está ligada a saber compartirla. Mi alma es feliz en soledad, más que nunca lo es, pero me aterroriza lo que sucede cuando estoy sola, por momentos, sin mucho que hacer, y cansada, siendo imposible que al menos haga como antes y suba a un caballo e intente huir. O sin siquiera agarrar al animal, solamente yo, huir, correr, caminar lejos, hasta donde sea. Ya no es posible el vagar por cualquier lado para escapar de ciertos vicios. Mi salud no me permitiría llegar lejos, pero estaría bien con eso si no fuera por mi mente, que no me permite estar en paz cuando estoy sola. La mente, ahh la mente. Por ahí mi cabeza decide pensar en la mujer que me dio vida, o en el hombre que me la quitó. O por ahí piensa en quienes yo quité vida, y en quien yo di vida. Y todo me atemoriza y todo termina en malos lugares del alma, haciéndola doler. Y en el desesperado afán de encontrar a alguien, más entiendo que no hay nadie a mi alrededor. Y mi mente, ahh mi mente, sigue pensando y dando vueltas al asunto y buscando soluciones y buscando a ALGUIEN. Pero nadie está aquí. Y qué otra cosa puedo hacer que no sea ahogarme en placeres. Eso explica mucho, doesn't it? Sexo, alcohol, drogas, peligro. ¡Qué placeres! Y qué bien los viví... Pero el arma tenía doble filo y no solo me ayudó a defenderme, ahora estoy más cerca de la muerte de lo que estuve jamás. Incluso cuando el bisturí cortó mi brazo hasta casi desangrarme, aún cuando sentí ese frío y sentí la nada misma abrazándome. Oh no, nunca había estado tan cerca como lo estoy ahora. Y qué temible es la muerte cuando se está al lado. Esos placeres serían una gran compañía, incluso ahora mismo, pero sigue la ilusa idea de que puedo tener a alguien, y estoy buscando... esperando... esperando... a ver hasta dónde puedo llegar antes de volver a sumergirme en el placer de lo prohibido, en mis malas compañías, en mis hermosas fieras...

jueves, 9 de agosto de 2012

Enejota.


Te comparo con un monstruo, eso no habla muy bien de vos, no? Te comparo con ellos. Monstruos. Pero se que sos humano, se que sentís, se que me querés, no me defraudes. El primer paso sería admitirlo. Yo lo hice,  ¿Y vos?. Aceptá tu problema, después dejame ayudarte.
Tengo miedo de que seas uno mas, no puedo permitir que eso suceda. Te voy a ayudar, voy a seguir con esto; si vos me necesitas yo quiero necesitarte. Pero no al que choca su puño contra mi cara, no quiero a ese. Yo quiero al que me abraza todas las mañanas. Al que me besa la frente y me dice que me quiere mientras yo finjo estar dormida para no interrumpir ese rito que se sigue repitiendo. 
Mientras se repita, creo que hay esperanzas.
No solo salen de tu boca esas palabras que solo hieren. No, también salen las mas hermosas. Y tus acciones... tus acciones no son solo herir, también sanas y llorás cuando no logras eso. No sos un monstruo, al menos no siempre. Puedo aceptar tu mitad difícil, puedo ser la mas altruista y puedo seguir queriéndote. Pero si podes cambiar ¿por qué conformarse con un 50%?. Podes ser un 100.
Todavía tus abrazos me calman y todavía tus besos me marean. Todavía hay cosas que no dejan de sentirse en el alma.
Si prometiste ser siempre un hombre, y yo nada mas necesito, sé uno de verdad.
Mientras tanto, puedo ser solo un cuerpo cuando el otro aparece, puedo ser una bolsa de boxeo, puedo ser lo que necesites para tener paz, pero no por siempre por favor, no dejes que te quiten al que sí tiene corazón. No dejes de quererme por siempre.