viernes, 24 de agosto de 2012

Bipo.

No entendía por qué todos tienen opiniones tan diferentes sobre mi, tan completamente opuestas. Lo estuve pensando porque es lo que hago todo el tiempo, pensar. Y descubrí cuatro tipos de personas entre todos los que me conocen. Algunos dicen sobre mi que soy muy reservada, muy introvertida, tranquila. Otros dicen que no paro de hablar, que soy divertida, extrovertida, inquieta, alegre. Esos son dos de los grupos, los mas simples. Y la verdad es que ambos tienen razón, soy dos al mismo tiempo y eso da miedo. Y es ese miedo el que aleja a las personas que llegan a conocer mis dos versiones, he aquí el tercer grupo. Esos que conocen a la apagada, cansada de todo, y la que vive como si acabara de nacer y no dejara de descubrir cosas nuevas todo el tiempo y de disfrutarlas. Le temen a esa locura y desaparecen. Además de estos tres grupos de personas, hay otro muy escaso, el cuarto, este consiste en quienes conociendo estas dos versiones de mi persona la aceptaron y no huyeron. En ocasiones, estas personas no duran demasiado en este grupo y pasan al tercero, pero aún hay quienes no se van, y el hecho de que yo tema el que se vayan (porque claramente es mi grupo favorito) hace que las necesite demasiado, quizás eso termina alejándolas, y la paradoja me aniquila.

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