sábado, 11 de agosto de 2012

Hermosas fieras.

Existen sentimientos demasiado inexplicables como para que yo pueda grabarlos acá, escribirlos acá, dejar marcados los momentos mas terribles. Es inimaginablemente difícil. Pero eso mismo es lo que voy a intentar.
La soledad puede ser una gran amiga si se sabe disfrutar, seguro que sí. Pero la felicidad de disfrutar de esa compañía está ligada a saber compartirla. Mi alma es feliz en soledad, más que nunca lo es, pero me aterroriza lo que sucede cuando estoy sola, por momentos, sin mucho que hacer, y cansada, siendo imposible que al menos haga como antes y suba a un caballo e intente huir. O sin siquiera agarrar al animal, solamente yo, huir, correr, caminar lejos, hasta donde sea. Ya no es posible el vagar por cualquier lado para escapar de ciertos vicios. Mi salud no me permitiría llegar lejos, pero estaría bien con eso si no fuera por mi mente, que no me permite estar en paz cuando estoy sola. La mente, ahh la mente. Por ahí mi cabeza decide pensar en la mujer que me dio vida, o en el hombre que me la quitó. O por ahí piensa en quienes yo quité vida, y en quien yo di vida. Y todo me atemoriza y todo termina en malos lugares del alma, haciéndola doler. Y en el desesperado afán de encontrar a alguien, más entiendo que no hay nadie a mi alrededor. Y mi mente, ahh mi mente, sigue pensando y dando vueltas al asunto y buscando soluciones y buscando a ALGUIEN. Pero nadie está aquí. Y qué otra cosa puedo hacer que no sea ahogarme en placeres. Eso explica mucho, doesn't it? Sexo, alcohol, drogas, peligro. ¡Qué placeres! Y qué bien los viví... Pero el arma tenía doble filo y no solo me ayudó a defenderme, ahora estoy más cerca de la muerte de lo que estuve jamás. Incluso cuando el bisturí cortó mi brazo hasta casi desangrarme, aún cuando sentí ese frío y sentí la nada misma abrazándome. Oh no, nunca había estado tan cerca como lo estoy ahora. Y qué temible es la muerte cuando se está al lado. Esos placeres serían una gran compañía, incluso ahora mismo, pero sigue la ilusa idea de que puedo tener a alguien, y estoy buscando... esperando... esperando... a ver hasta dónde puedo llegar antes de volver a sumergirme en el placer de lo prohibido, en mis malas compañías, en mis hermosas fieras...

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