Mundo

Mundo se muere de risa en mi cara. Mundo se burla de mi. Mundo me odia desde que nací. O desde antes, incluso. Cuando madre decidió elegirme un padre en vez de enfrentar su error y decir la verdad; eligió el peor padre que pudo elegirme en vez de a quien lo era en realidad. Ese fue el primer paso de Mundo para arruinarme de por vida. Es que sin personas como yo, Mundo no funcionaría. Personas rotas, desastres con vida. Nos necesita.
Siguió arruinandome cuando le dio la escusa perfecta a ese padre para castigarme. Un accidente fue esa escusa, un accidente que dejó en mi los primeros rastros de depresión. Una depresión que iría volviéndose cada vez mas insoportable. Al mismo paso que ese padre se volvía mas un monstruo, y me mataba. Seis años tenia cuando conocí a la verdadera persona detrás del disfraz de hombre trabajador, bueno, simpático. La mente humana nunca dejará de asombrarme. ¿Cómo engañaste a todos sin que sospecharan? ¿Cómo mantuviste tanto tiempo esa careta puesta? ¡DIEZ AÑOS! Diez años de castigos inhumanos. Era una niña, hijo de puta, era una niña. Sus cuernos se volvieron motivo de su odio hacia mi. Madre, cobarde, dejó a su culpa dominarla y se hundió en su depresión, sola, pero no pensó en nadie, y cuánto me lastima eso, mamá. Hasta hoy me lastima tu miedo. Yo no lo merecía. Tampoco vos.
¿Por qué?
Mundo siguió burlándose dándole poder a ese padre por sobre todos y todo. Todo le salìa bien. Y a los once años, ONCE AÑOS, se animó a dar su peor golpe. Que no fueron patadas en el estómago como hizo mas tarde. No, fue algo peor. Y de la depresión yo ya no volvería. Once, doce, trece, catorce, quince. Cinco años de vos, vos usándome y siendo tu juguete. Siendo nada. Muriendo. Cinco años. Mas cinco mas de puro desprecio, maltrato, insultos, golpes. Me fuiste exprimiendo y dejándome sin dignidad, sin autoestima, sin valor, sin sentimientos, sin nada. Ni siquiera podía decirte cuanto te odiaba los últimos años, ya no podía. Ya no era nada.
Me preocupa que exista gente como vos. Que Mundo permita que nazcan mentes como la tuya. Mentes capaces de pasar sobre cualquier derecho humano por una obsesión, o peor, por unas monedas.